
Fecha: Agosto de 2025
Washington / Caracas El gobierno de Estados Unidos ha ordenado el despliegue de tres destructores de misiles guiados de la clase Arleigh Burke —USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson— en aguas del Caribe próximas a las costas venezolanas, como parte de la estrategia del presidente Donald Trump para intensificar la lucha contra los cárteles de la droga en América Latina.
La Casa Blanca ha declarado estar “dispuesta a usar todos los elementos de su poder” para detener el narcotráfico proveniente de Venezuela. Se reporta que la operación incluirá además unos 4.000 efectivos militares, aviones de espionaje, submarinos de ataque y apoyo logístico adicional, y que se extenderá durante varios meses.
La medida se produce en el marco de una ofensiva más amplia del gobierno estadounidense, tras haber catalogado en meses recientes a los cárteles latinoamericanos —entre ellos el “Cartel de los Soles”— como organizaciones terroristas extranjeras y haber elevado la recompensa por información que conduzca a la captura del presidente Nicolás Maduro a 50 millones de dólares.
Ante lo que calificó como una amenaza directa a la soberanía nacional, el presidente venezolano Nicolás Maduro ordenó la movilización de más de 4,5 millones de milicianos pertenecientes a la Milicia Nacional Bolivariana. A la vez, reforzó medidas de seguridad interna, prohibió temporalmente el uso de drones y atribuyó las acusaciones de narcotráfico a una política fallida de EE.UU. en la región.
Analistas militares observan que el despliegue representa un mensaje de disuasión estratégica más que una operación de combate directa, dado el poderío militar de los destructores involucrados y las capacidades de los equipos desplegados.