La trampa renovable y los dilemas energéticos, , Por Magín Díaz
La trampa renovable y los dilemas energéticos
El cambio en la matriz de generación eléctrica ha sido uno de los grandes avances del país en las últimas décadas. En los años 80 y 90, más del 90% de la base de generación eléctrica se sustentaba en derivados del petróleo. Para el 2001, esta dependencia había bajado al 82%, con un 11% procedente de hidroeléctricas y un 7% de carbón. No existía generación a base de gas natural, ni energía eólica o solar.
Con el tiempo, la matriz energética evolucionó. En 2011, la generación eléctrica se distribuía en un 42% de derivados del petróleo, 31% de gas natural, 15% de carbón y 12% de hidroeléctrica. Actualmente, la situación es distinta: el gas natural representa un 41%, el carbón casi un 30%, los derivados del petróleo un 11%, y la energía hidroeléctrica, eólica y solar entre un 5% y 6% cada una.
Este proceso de transformación tomó alrededor de 25 años, reduciendo significativamente la dependencia del petróleo para la generación de electricidad, algo que pocos países en el mundo siguen utilizando debido a su alto costo y volatilidad en los precios. Según la Administración de Información Energética de EE.UU., en 2023 menos del 3% de la electricidad global provino de derivados del petróleo.
La paradoja de la energía renovable
A pesar de los avances en energías renovables, su intermitencia representa un desafío. Mientras que la generación eólica y solar han crecido en el mundo, pasando del 1% de la producción eléctrica en 2008 al 14% en 2023, estos sistemas dependen de condiciones climáticas favorables. En República Dominicana, las energías renovables han aumentado del 2% hace diez años al 11% actual, pero esto no ha sido suficiente para garantizar estabilidad.
El fenómeno de la "Calma Oscura" o Dunkelflaute, ocurrido en Europa durante el invierno, expone los riesgos de una alta dependencia de energías intermitentes. Un artículo de Pieter Garicano detalla sus consecuencias:
En Noruega, los precios de la electricidad se multiplicaron por 20 el 12 de diciembre.
En Holanda, los precios subieron de 15-20 centavos/KWh a 120 centavos.
En España, el gobierno optó por racionar la energía industrial para evitar apagones en los hogares.
La intermitencia obliga a los sistemas eléctricos a disponer de energía de respaldo en tiempo real, lo que genera costos elevados. En diciembre pasado, Celso Marranzini alertó sobre los apagones en República Dominicana debido a la inestabilidad de las renovables.
Posibles soluciones
La solución no es sencilla ni barata. Entre las opciones mencionadas por expertos están:
Mejorar las redes de transmisión y la interconexión, lo que en Europa requeriría una inversión de 500,000 millones de dólares para 2030.
Almacenamiento mediante baterías, aunque con costos extremadamente altos. Alemania, por ejemplo, necesitaría 2800 GWh de baterías para cubrir un evento de Dunkelflaute de 48 horas en 2030, lo que equivale al 40% de la producción mundial de baterías de iones de litio de ese año.
Almacenamiento a través de hidrógeno, una tecnología que aún no es viable a gran escala.
En 2021, las principales empresas energéticas e ingeniería del mundo crearon el Consejo de Almacenamiento de Energía de Larga Duración. Se estima que se requieren 3 trillones de dólares para lograr la flexibilidad necesaria y alcanzar emisiones netas cero para 2040.
La realidad dominicana
En el caso dominicano, Marranzini ha advertido por años sobre los riesgos de una transición desbalanceada hacia energías renovables, pero ha sido ignorado hasta que los problemas se hicieron evidentes.
El Dr. Luis Garicano, economista y exmiembro del Parlamento Europeo, propuso en la red social X que, dado que el almacenamiento a gran escala aún no es viable, las energías renovables deben complementarse con fuentes térmicas (gas, carbón) o nucleares.
Sin embargo, en República Dominicana la energía nuclear no es una opción realista. Entonces, ¿cuál es la solución para el país?
